Amor tan grande, profundo y sublime, es al amor de mi Creador. No hay nada en el mundo que pueda igualarse al tierno amor de mi buen Jesús.
Dios de Amor, oh Dios de Amor. Sólo eres Tú el Dios de Amor. No hay otro Dios fuera de Ti. Fuera de Ti para mí no hay Amor.
Él sólo nos ama, nos comprende y nos guarda de todos los males que existen aquí. Por eso le alabo con toda mi alma, porque me ha dado el Jesús, dulce calma.