1
Día tan grande no puedo olvidar, día de gloria sin par;
cuando en tinieblas al verme andar, vino a salvarme el Señor.
Gran compasión tuvo Cristo de mí, gozo y paz me otorgó;
sombras quitó, aliviando mi carga, la noche en día cambió.
Coro:
Dios descendió y de gloria me llenó,
cuando Jesús por gracia me salvó;
fui ciego, me hizo ver y mi noche iluminó.
Dios descendió y de gloria me llenó.
2
Del Santo Espíritu yo renací en la familia de Dios.
Justificado por Cristo el Señor, gozo la gran redención.
Cristo pagó con su sangre por mí, indigno y vil pecador;
me entregó su regalo de gracia y así él mi vida salvó.
3
Tengo esperanza de gloria eternal, me regocijo en Jesús;
me ha preparado un bello lugar, en la mansión celestial.
Siempre recuerdo con fe y gratitud, al contemplarlo en la cruz,
que sus heridas me dieron la vida, ¡Alabo al bendito Jesús!