Dios, Dios mío eres Tú,
de madrugada te buscaré.
Mi alma tiene sed de Ti,
mi ser te anhela en tierra seca y árida
donde no hay aguas para ver tu poder y tu gloria.
Así como te he mirado en el Santuario,
porque mejor que la vida es tu misericordia.
Mis labios te alabarán, así te bendeciré en mi vida.
En tu Nombre alzaré mis manos, amén.