Jesús, te necesito,
pues soy tan pobre y vil;
recorro, peregrino,
un mundo muy hostil.
Tu amor será mi apoyo;
me anima ver tu faz;
en medio del peligro
descanso en tu paz.
Jesús, te necesito,
anhelo a ti servir;
amargas aflicciones
tú puedes compartir.
Tu Espíritu me ayuda
en cada tentación,
me da en cada prueba
consuelo y salvación.
Jesús, te necesito;
muy pronto te veré,
y en calles celestiales
contigo andaré.
Y con los redimidos
elevaré mi voz
cantándote loores,
mi Salvador, mi Dios.