Bajo el sol del mediodía caminaba
una mujer que sólo quería tener paz,
su cántaro vacío y también su corazón,
sólo quería tener una razón para vivir.
Era Jesús de Nazaret que la esperaba,
era la Fuente que sólo podría darle paz,
cambiándole la vida y también su corazón,
aún sin saber el porqué, la mujer le oyó decir:
Agua de vida te daré que calmará toda tu sed,
agua de vida encontrarás en mí.
Agua de vida te daré, tú sólo tienes que creer,
agua de vida encontrarás en mí.
Al descubrir que era el Mesías quien le hablaba,
salió corriendo a contar a otros de Jesús,
que conocía su vida y también su corazón,
y mucha gente creyó, y hoy nos vuelve a decir: