1
Cabeza sacrosanta, herida en mi favor;
espinas la rodean que aumentan su dolor.
Glorioso amor refleja y dulce salvación,
aun cuando la desprecien, le doy mi devoción.
2
Tu grande sufrimiento da vida al transgresor.
Mi culpa fue terrible, mas te agobió a ti.
Ante tus pies me rindo, amado Salvador.
Pidiendo, arrepentido, me des tu gracia hoy.
3
¡Oh!, ¿cómo agradecerte, querido y buen Jesús,
por toda tu angustia, por tu dolor si fin?
Hazme un fiel hijo tuyo, sostenme, mi Señor.
Que nunca te abandone, precioso Redentor.