Anoche tuve un sueño,
un sueño sin igual,
miraba yo a Jerusalen,
la celestial ciudad,
oí cantar a niños,
canciones sin secar,
en tanto se escuchaba alli,
un tema angelical,
en tanto se escuchaba alli,
un tema angelical,
Jerusalen, Jerusalen,
prorrumpe en voz triunfal,
oh sana,
en las alturas,
oh sana al Señor tu Rey,
(...)
Y luego mi sueño cambio,
y la quietud torno,
secaron los oh sanas,
y el infantil clamor,
trasmisterioso manto,
el sol velo su luz,
y la sombra de una cruz en el calvario aparecio,
y la sombra de una cruz en el calvario aparecio,
Jerusalen, Jerusalen,
Prorrumpe en voz triunfal,
oh sana,
en las alturas,
oh sana al Señor tu Rey,
(...)
Un nuevo cuadro contemple,
prodigio fue sin par,
y vi la ciudad santa,
junto al sereno mar,
sus calles brillan cual cristal,
sus puertas,
perlas son...
y quien deseaba en ella entrar,
la dicha allaba alli,
estrellas, luna y astro rey,
perdieron su fulgor,
la luz de Dios, reinaba alli,
en la Jerusalen,
la luz de Dios reinaba alli,
en la Jerusalen,
Jerusalen, Jerusalen,
prorrumpe en voz triunfal,
oh sana,
en las alturas,
oh sana al Señor tu Rey,
oh sana,
en las alturas...
oh sana al Señor...
Tu Rey.