1
Hijo de Dios, eterno Rey;
desde su trono descendió
para pisar un suelo vil
y cual Cordero perecer.
Coro:
¡Oh, Salvador! ¡Mi Salvador!
Cordero santo de mi Dios.
Quien me lavó de mi maldad
es el Cordero, mi Señor.
2
En una cruz, clavado fue
por una turba infame y cruel.
Sacrificaron sin piedad
a mi Jesús, Cordero fiel.
3
Yo, mi Jesús, soy pecador;
pero tu gracia me salvó.
De hoy en más te seguiré;
soy tu cordero, mi Señor.