Después, Señor, de haber tenido aquí
de tu Palabra la bendita luz,
a nuestro hogar condúcenos y allí
de todos cuida, buen Pastor, Jesús.
En nuestras mentes grabe con poder
tu fiel Palabra cada exhortación;
y que tu Ley, pudiendo comprender,
contigo estemos en mayor unión.
Al terminar, Señor, mi vida aquí,
mis ojos pueda sin temor cerrar,
y en mi glorioso despertar
que en ti de paz eterna pueda disfrutar.