1
Guíame, ¡Oh Salvador!,
por la senda de salud.
A tu lado no hay temor;
solo hay gozo, paz, quietud.
Coro:
¡Cristo! ¡Cristo!
¡No me dejes, oh Señor!
Siendo tú mi guía fiel,
saldré más que vencedor.
2
No me dejes, ¡oh Señor!,
mientras en el mundo esté.
Haz que arribe, sin temor,
donde en ti descansaré.
3
Tú, de mi alma salvación
en la ruda tempestad,
al venir la tentación,
¡que me libre tu piedad!