1
Habla, Señor, a mi alma; hable tu dulce voz;
susurre en tierna notas: "Tú no estás solo, no".
Mi corazón prepara, presto a escuchar tu Ley;
canciones mi alma llenen de gratitud y fe.
Coro:
Háblame en dulces notas, háblame con amor:
"Ya la victoria es tuya, no tengas más temor".
Háblame cada día, hable tu tierna voz;
susurre en mis oídos: "Tú no estás solo, no".
2
Habla a tus hijos siempre, dales tu santidad;
llénalos de tu gozo; enséñales a orar.
A ti consagren todo, vivan tan solo en ti,
traigan tu reino pronto, vean tu rostro aquí.
3
Habla cual en lo antiguo diste tu santa Ley.
Tus testimonios siempre quiero guardar por fe.
Quiero magnificarte, quiero a tu gloria dar
el grato testimonio de obedecer y amar.