1.
¡Cuán bella es, Señor, tu obra toda
y de cuánta majestad llenaste el universo!
Estrellas mil, que el cielo azul tachonan,
y el sol, al fulgurar, me cuentan tu bondad.
El vasto mar en su esplendor
relata en cada ola tu grandeza sin igual,
y el tibio arroyo al susurrar
en rápidas corrientes canta de tu amor.
2.
Potente veo el rayo refulgente
y la lluvia alrededor, que riega mansamente.
La suave brisa que las ramas mece
y las aves al trinar regalan bello son.
Ya tu imagen, Padre y Dios,
formaste tú mi cuerpo, y cada parte de mi ser.
¡Excelso don, tu hijo soy!
Permite que te adore hoy con devoción.
3.
Al contemplar, Señor, tus maravillas,
mi corazón te canta, lleno de alegría.
pues todo lo que veo testifica
de tu magno Y gran poder, en muda adoración.
Pues, ¿cómo yo podré callar?
Con cánticos te alabe, y para siempre dé loor.
El orbe entero entonará:
“¡Honor y gloria al Rey y eterno Creador!”.