1
Ni en la tierra ni en el cielo
nombre hay como el de Jesús;
sobre todo siempre reina,
él es solo eterna luz.
2
Es Jesús mi gran sustento,
Pan divino y celestial;
de mis dichas y mi gozo,
es el rico manantial.
3
Infinita es su ternura.
¿Quién la puede agotar?
Con los ángeles, hoy quiero
su grandeza pregonar.