¿Nos veremos junto al río
cuyas aguas cristalinas
fluyen puras, argentinas,
desde el trono de nuestro Dios?
En las márgenes del río
do los serafines van,
donde hay bellos querubines,
da la dicha eterna de Dios.
¡Oh! sí, nos congregaremos
en la ribera hermosa del río,
cuyas aguas vivas dimanan
del trono de nuestro Dios.
Antes de llegar al río,
nuestras cargas al dejar,
libres todos quedaremos
por la gracia del Señor.
//del trono de nuestro Dios//.