1
Hay una tierra sin maldad,
de dicha, paz y amor;
con días sin oscuridad
y goces sin dolor.
Coro:
Vamos a la tierra de Emanuel,
la trompeta ya nos llama a Sion.
Reinaremos siempre allí con él
y nunca habrá separación.
¡Qué! ¿Nunca más adiós?
No, ¡nunca más adiós!
¡Qué! ¿Nunca más adiós?
No, ¡nunca más adiós!
Reinaremos siempre allí con él
y nunca habrá separación.
2
Es siempre primavera allá
y sin marchita flor.
Muy poco nos separa ya
de ese hogar mejor.
3
Si pudiésemos cual Moisés mirar
la hermosa tierra más allá,
los placeres que este mundo da
no nos encantarían más.