1
Oí la voz del Salvador decir con tierno amor:
"¡Oh, ven a mí, descansarás, cargado pecador!"
Tal como estaba, a mi Jesús, cansado acudí,
y luego dulce alivio y paz por fe de él recibí.
2
Oí la voz del Salvador decir: "Venid, bebed;
yo soy la fuente de salud que apaga toda sed".
Con sed de Dios, del vivo Dios, busqué a Emanuel;
lo hallé; mi sed él apagó, y ahora vivo en él.
3
Oí su dulce voz decir: "Del mundo soy la luz;
miradme a mí y salvos sed; hay vida en mi cruz".
Mirando a Cristo, por la fe, mi norte y sol hallé;
y en esa luz de vida, en él por siempre viviré.